NEGRAZO

NEGRAZO

jueves, 29 de septiembre de 2011

Capitulo 29 (y último)


























Félix se instala en una pensión. Se da una buena ducha. Tenía ganas de estar tranquilo en una ducha, solo. Está libre pero no se encuentra mejor. No sabe qué va a hacer de su vida. Sin familia, sin amor. Está solo. Sale de la ducha envuelto en una toalla. Piensa en Buli, en su hermana muerta. Le pone triste pensar en ella,
--¿qué pensaría si supiera que su muerte quedó sin cobrar o que me la cobraron a mi?
Félix siente mucha angustia al pensar en ese tema. No sabe si su hermana entendería sus razones. Se sienta en la cama.
--No podía permitir que Buli fuera a la cárcel. Él es lo mejor que me pasó.
Se tumba en la cama. Se abraza a la almohada. Está triste pero también está revolucionado pensando en Buli.
--Ahora podía estar con él.
Pero le duele mucho pensar que Buli pueda acostarse con él como forma de pago. También le ha impactado descubrir que su padrastro es gay y que fue amante de Buli. Se siente estafado. Le parece aún peor que su padrastro se dejara humillar por su cuñada, que no diera la cara por él, que lo condenara a una doble vida tal y como llevó él. Tiene claro que quiere comenzar de nuevo lejos de su familia. No tiene a nadie, no quiere volver a verlos. Sabe porque Rafael no siguió con su lucha contra él pero lo que le sorprende es que su padrastro lograra convencer a Justina. Sabe que su tía lo debe detestar al descubrir que es gay, que eso le debió doler más incluso que la muerte de su sobrina. No entiende porque Justina no siguió con su ataque. Le duele mucho pensar en su pasado. Llora y no quiere llorar, quiere comenzar de nuevo pero no sabe cómo lo va a hacer.

En la mansión Merarda, Justina entra en la habitación principal. Rafael está en el baño. Completamente desnudo. Justina se va desnudando. Lo mira con deseo. Es un sueño hecho realidad. Rafael no se ha dado cuenta de la presencia de la mujer, que con sus ropas negras y su mirada dura, está derretida por él. Rafael totalmente desnudo, su cuerpo lleno de jabón. La mirada de Justina se centra en los genitales. Piensa en su hermana, en ese hombre que ha deseado por años y años.
--mío, al fin es mío… --dice para sí-- al fin te vencí, odiosa hermanita. Siempre te elegían a ti, me casé con ese maldito viejo porque tenía plata y tú lo rechazaste pero Dios hizo justicia conmigo, tu familia quedó en mis manos y tu esposo ahora es mío…
Rafael la mira como lo observa resignado, ella se desnuda totalmente y va con él. A él le cuesta reprimir su asco. Muchas veces piensa si merece la pena ese sacrificio por dinero pero no quiere renunciar a todo lo que tiene. Justina quiere hacer el amor con él.
--Ahora no, tengo que ir a la empresa.
--Sos mi esposo aunque nadie lo sepa, estamos casados y la empresa es nuestra. No necesitas ir.
La mente de Rafael viaje meses atrás. Para evitar luchar en contra de Félix Justina le pidió matrimonio. Fue un matrimonio secreto que ha convertido en Rafael en un hombre rico pero no esperaba que Rudy lo descubriera mirando unos papeles y lo abandone definitivamente. Justina se está arrodillando tragando el miembro viril de Rafael con una pasión feroz y devoradora. Unas lágrimas deslizan por el rostro de Rafael. Recuerda a Rudy abandonando con una maleta el apartamento en el que se veían. Vio decepción en su cara, su reproche. Está seguro que no lo va a volver a ver y le duele haber renunciado a él pero era casarse con Justina o renunciar a todo.
****
--¡no podía hacer otra cosa¡ ¡¡lo iba a perder todo, me iba a quedar sin nada y ahora cuando ella muera pues seré rico, seremos ricos¡ --recuerda que le dijo a Rudy.
--pero yo ya no estaré a tu lado --le dijo Rudy al abandonarlo para siempre.
****

Rafael llora mientras Justina disfruta de su cuerpo. Eso es lo que le espera para el resto de su vida y no le gusta. Justina que es más apasionada de lo que pensó.
--¡Es una perra¡ --piensa él.
Fornican ahí mismo. Justina es toda una bestia y Rafael se deja llevar.





Meses después… Félix está trabajando en el campo. En un programa especial para ex presos para que se reinserten en la sociedad. Cuando se acerca a la ciudad entra a un bar a tomar algo. Ese día pasa algo que rompe su rutina de vida solitaria que lleva desde que murió su hermana y salió de la cárcel. Ve a un macizo negro espectacular, de espaldas. De pie hablando con uno. Jeans, culo aplastado, un poco caídos, no se le hace culo. Muy guapo, muy amable. Félix está en la barra, ese negro está casi a su lado pero está de lado hablando con un chico que tiene en frente. El negro se ve amable con el chico que tiene delante. Félix se deleita con su culo, ¡lo podría tocar¡ Félix tiene las hormonas revolucionas, piensa en sexo por primera vez en años. No le ve la cara, sí el culo
--Este pedazo de macho sólo podía ser él –dice Félix para sí.
Félix se aparta un poco de la barra, se mantiene discreto pero mira al negro que tenía al lado. Es Buli. Félix siente que el corazón se le va a salir por la garganta. Lo ama y lo desea pero le da rabia verlo con otro chico. Piensa que son algo y eso le atormenta. Félix tiene una vida triste y quería una vida feliz al lado de Buli pero piensa que Buli sólo le podría ofrecer sexo y por compasión y aunque no es lo que quiere, ama y desea a ese negro tan guapo de una manera loca. Félix está totalmente cegado por la pasión que le despierta Buli.
--¡Es guapísimo este negro me encanta¡ --piensa.
Félix vuelve a la barra. Habla flojo porque no quiere que Buli se dé cuenta que está pero igual no se va porque está muy excitado y quiere ver qué tipo de relación tiene Buli con el chico con el que está. Aunque no es sexo lo que busca, Félix lleva demasiado tiempo a dieta y el negro está demasiado bueno.
--¡quiero chingarme a este negrazo¡ --dice para sí.
Lo pone cachondo, lo tiene justo al lado pero Buli está mirando al frente, le da el culo. Su espalda, su culo, su negra cabeza. ¡cómo le pone¡ En ese instante Félix olvida todo, Félix se iría con Buli sin importarle si él lo acepta por compasión. Sus hormonas le dicen una cosa pero su cerebro otra. No se mueve pero sí está ardiendo. Se pone la mano en el pantalón porque está muy excitado. Buli se la está haciendo crecer, Félix siente que no puede vivir sin Buli, necesita su amor pero también necesita de su cuerpo.
--¡que dura me la está poniendo¡ --piensa-- ¡necesito chingármelo ya¡
Los pantalones son amplios, se le ve el culo aplastado, muchas arrugas pero es muy excitante. Félix está muy contento de estar cerca de Buli.
--¡bien venido, cuánto tiempo¡ --va pensando.
Sabe que Buli tiene una deuda con él y se la puede cobrar. Sabe que puede tener sexo pero no es lo que quiere. Se le ven los calzoncillos. Color azul apagado. De los malos, pequeños, estrechos de lycra.
--¡mato por verlo sólo en slips¡ --va pensando.
Buli se abraza a su amigo para despedirse de él. Son muy cariñosos y eso enciende los celos de Félix. Quiere irse pero el deseo lo ha paralizado. Con el abrazo, el otro ha levantado la camiseta de Buli y se le ve su negra espalda que pone muy cachondo a Félix. Buli se muestra dulce, atento con su amigo. Félix lo hace antipático pero ve que es muy amable y eso le gusta. Ese negro le tiene el corazón robado. Félix no se da cuenta que el amigo de Buli le dice algo al oído:
--¿conoces a ese chico, te está comiendo con los ojos?
Y Buli se gira y se encuentra cara a cara con Félix.
--tenías que ser tú –le dice con una sonrisa.
Se miran y Félix se derrite.
--ya me iba… no te quería interrumpir --dice Félix sofocado.
Buli le sonríe, le agarra del brazo:
--tú no te vas.
--Es que no te quería interrumpir.
El otro chico se va. Se da cuenta que él es el que molesta. Los deja solos. Félix se muestra nervioso. Buli es muy cariñoso.
--vamos a la mesa, yo te invito.
Félix lo ama, lo desea pero no está seguro que le puede ofrecer Buli y no busca sólo sexo.
--tú… tú… tienes a alguien –balbucea Félix.
Buli lo ve celoso y eso le gusta. Siente el deseo de Félix y sus celos le demuestran que sigue amándolo. Buli le acaricia la mano y Félix tiembla. Buli es muy cariñoso:
--déjame demostrarte que puedo hacerte feliz. No es un compromiso, es lo que quiero.
Y Félix no puede rechazarlo. Lo abraza y llora.
--¡Te necesito¡
Buli le pone las manos en las mejillas, lo mira con ternura y dice:
--juro que te amaré como te mereces.
Félix siempre soñó que Buli le mirara, le hablara de esa manera. Tiene miedo pero no quiere renunciar a él. Buli acaricia con sus labios las lágrimas del muchacho y lo besa. Se funden en un cálido beso de amor.

70 años después,… En una residencia de ancianos se realiza una pequeña fiesta para celebrar que uno de ellos cumple 100 años. El cumpleañero casi no se puede mover pero está muy contento con esa tarta que pone Felicidades, Buli y velas del número 100. Buli es un anciano feliz porque a su lado tiene a su compañero que le agarra de la mano.
--Esto ha sido idea tuya, Félix?
Félix le acaricia la mejilla muy dulce:
--pedí un deseo mi amor.
Buli y Félix se miran con amor.
--ayudame.
Apagan las velas los dos juntos, juntos como lo han estado en las últimas décadas. Sólo tiene un deseo y es que el poco tiempo que les quede puedan estar juntos y que cuando se mueran lo hagan juntos. No tienen nada, están los dos solos pero se tienen el uno al otro. Se cuidan y se aman. Viven llenos de amor. Saben que ya no les queda mucho de vida y no se les ocurre ninguna manera mejor de acabar este viaje que de la mano del otro. Hace años que sus vidas se unieron y nunca se separaron, son ya un solo ser y esperan seguir siéndolo por toda la vida, por toda la eternidad.
Fin…

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