NEGRAZO

NEGRAZO

sábado, 10 de septiembre de 2011

capitulo 10







Félix se da una buena ducha. Está muy contento. Se siente un hombre nuevo, un hombre de verdad. Se ha acostado con un hombre, con un negro con una gran verga que casi lo rompe de placer. Félix siente que ahora sí ha dejado de ser un niño, que es un hombre de verdad. Está muy contento. No le gusta mucho salir, no es de relacionarse con la gente. No es de tener amigos. Nunca pensó cómo podría darse su primera vez. Tampoco era algo que le preocupaba, quería que fuera un momento especial. Se conforma con esas mamadas que ha disfrutado con su primo e Ignacio. Con el negro ha vivido un momento de sexo puro y duro que le gustaría repetir. Se le pone dura pensando en él. Se empieza a masturbar pero se para.
--¡mejor me reservo por si tengo una oportunidad¡
Pero luego piensa:
--¡Si yo no activo ¿¿qué más da?¡
Y es que está muy caliente y necesita un buen desahogo. Su leche se confunde con el agua y el jabón al caer al piso de la bañera.

Se sienta en la mesa ansioso. Está deseando ir a clase para que sea el recreo y pueda volver a ese ver y deleitarse con alguno de esos negros que lo frecuentan.
--¿¿y porqué tan contento?
El tono de Justina es de reclamo. Félix siente miedo. Habla nervioso. No la mira a los ojos.
--¿es qué te molesta?
--No le hables así a tu tía --se queja Rafael.
--¡Es que parece que le moleste que esté contento¡ --se queja Félix.
Justina preside la mesa. Se muestra dura.
--No, yo sólo quería saber si era por una chica.
--No, no lo es --dice flojito.
--¡pues ya te toca¡ --Justina.
Félix, molesto, se quiere levantar de la mesa pero Rafael no se lo permite.
--¡Nadie se levanta de la mesa hasta que tu tía lo autorice¡
Justina los mira a todos desafiantes. Félix se sienta muy triste.

Guilherme Bernard es Madi

Todo cambia para Félix al entrar en ese bar a la hora del recreo. Sus hormonas se ponen bien contentas:
--Pedazo de machazo ¡¡cómo está ese negrazo¡ --dice para sí.
Reconoce al negro del día anterior, con el que estuvo en el lavabo. Está con otro negro pero no sabe si es con el que se acostó. No se quedó con su cara, sólo con su verga. No era llamativo físicamente, no está seguro de poder reconocerlo. Estos dos están hablando. Escucha como dicen el nombre del negro que siguió ayer. Se llama Madi.
Aún recuerda de una manera especial al negro que conoció el día que perdió su virginidad. Tenía algo en su mirada que lo hace sentir especial, le gustó mucho. Tiene algo que no ha visto en otro. No es porque sea muy guapo, de hecho cree que Madi es mucho más guapo. Sí le gustaría para acostarse con él pero el otro negro le hizo sentir algo que no sabe como explicar, que no tiene claro. Madi se levanta, se le ven los calzoncillos. Son naranjas. Eso pone muy caliente a Félix que al ver que va al lavabo pues le gustaría ir con él pero no se atreve.
--¡Es que es muy descarado¡ --dice para sí.
Además tampoco le parece que tenga sentido.
--si tuviera que pasar algo ya hubiera pasado ayer --se dice con frustración.
Sigue pensando en Madi, en lo cerca que lo tuvo ayer.
--Es una pena que este la tenga chiquita, que fuera el feo quien la tuviera grande y el que me estrenara –dice para sí.
Por un lado sí le gusta haberlo hecho con el que la tenía más grande, pero por otro lado le gustaría que fuera Madi el que la tuviera grande.
--¡así hubiera sido perfecto¡ --piensa.
Madi es muy guapo:
--que pena que la tenga tan chiquita –va pensando.
Pero también le excita:
--Yo ya se la haría crecer –piensa.
Pero eso le crea una duda:
--¿cual debe ser la excepción? ¿el que la tenía grande o el que la tenía chiquita?
Espera que aparezca un tercer negro para hacer el desempate. Félix sonríe pícaro, su piel tiembla. Él ya sabe cual le gustaría que fuera ese negro y es que le encantó la mirada de ese guapo negro. El negro que más le ha gustado en su vida pese a que Madi es muy guapo.

Días después... Félix va como siempre al bar que hay frente a su escuela. Siempre con la esperanza de ver a su negro. Siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Lo ve en la barra del bar. Desde una mesa otro negro lo llama por el nombre.
--¡Buli¡
Este negro tiene algo especial, a Félix le gusta. Además le pone muy cachondo. Se le ven mucho los calzoncillos porque tiene los pantalones caídos. Eso enciende la pasión de Félix. Le gusta mucho verlo, le tiene muchas ganas. Le gusta llamarlo por su nombre. Buli le gusta para todo. Le gusta de una manera especial aunque también le gustaría acostarse con él, saber qué tal verga tiene. Buli lo enciende, lo hace suspirar simplemente por verlo. No lo ve de cerca pero lo pone a cien. Buli llega con unas bebidas a la mesa, lo ve culo en pompa. Buli se va levantando bastante de la mesa y Félix siente que el corazón se le va a escapar de la garganta cada vez que esto pasa.
--¿irá al lavabo? --se pregunta.
Le gusta mucho Buli. No es sólo físicamente. Madi le parece más guapo pero Buli lo enciende de una manera especial. Es muy seductor. Con ellos hay una chica y otro negro. Félix se pregunta sí ese negro debe ser con el que se acostó. Le gusta ver como Buli y el negro hablan.
--¿y se acostarán juntos? --va pensando.
A Félix le excita ver a esos dos negros juntos. Le excita la idea que fuera gay. Le desconcierta la presencia de esa chica que toca mucho a Buli.
--¡seguro que se lo quiere chingar lo muy guarra¡ --dice para sí.
Félix está celoso de esa chica. No le importa si Buli se acuesta con el negro porque así tiene esperanzas pero sí le daría rabia que esa chica lo disfrutara. El otro negro va al lavabo. Félix podía seguirlo perfectamente. Piensa en la posibilidad que sea el negro con el que se acostó, le apetece volver a disfrutar de esa verga pero se quiere reservar para Buli. Quiere esperar a ir al lavabo a que vaya Buli. Le gusta mucho negro. Le apetece más hacer pis al lado de Buli (y si le puede ver la verga mejor) que acostarse con ese otro negro que no le atrae en especial, que sólo le importa porque es negro y tiene buena verga. Buli se levanta varias veces y Félix siempre tiene la ilusión que vaya al lavabo. Lo ve bastante culo en pompa. Lleva ropa de deporte pero le gusta mucho ver su culo en esa posición. Ese negro le gusta y a la vez le pone cachondo. Se van los dos negros juntos, se queda la chica que es la que paga lo que han consumido los tres.
--¡no hay manera que este negrazo haga pis¡ ¡¡que rabia¡ --dice Félix para sí frustrado.

Esa misma tarde, en un discreto motel de las afueras de la ciudad, dos personas están fornicando. Son salvajes y apasionados. El activo es un negro y el pasivo es un señor mucho mayor. Ambos se la está pasando bárbaro. Son Rafael y Buli.

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