ESTO NO ES UNA TELENOVELA REAL, QUE NADIE SE CONFUNDA. ES UNA HISTORIA IMAGINARIA CREADA POR MI. LAS PERSONAS MENCIONADAS INSPIRAN LA HISTORIA, NO PARTICIPAN EN ELLA. CON ESTA NOVELA ME HE QUERIDO DAR LAS GRACIAS AL ACTOR PABLO MARTINEZ POR LOS BUENOS MOMENTOS QUE ME REGALA SU PERSONAJE EN SUPERTORPE
NEGRAZO
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Capitulo 28
Rafael entra en los lavabos de los juzgados para lavarse la cara tras la sesión en la que ha descubierto que Félix es el amante de Buli, Buli entra tras él. Rafael se muestra muy duro.
--¿¡qué quieres?¡
Buli va al grano.
--No quiero que se presenten como acusación privada contra Felix, quiero que le pagues un abogado o yo me encargaré que todos sepan que eres gay.
--¡no te van a creer¡
--¡a ver que dice tu cuñada¡
Buli y Rafael se miran con mucho odio. Buli abandona el lugar satisfecho, siente que ha hecho algo por ese chico que se ha sacrificado por él y eso calma un poco su culpa. Rafael golpea la pared con rabia.
Al día siguiente, se reanuda el juicio de Félix. No hay nadie de su familia. Tampoco el abogado que presionó a Buli para que dijera que es amante de Félix y que actuaba como acusación privada. Félix echa de menos a Buli. No pretendía nada con su sacrificio pero se siente abandonado.
Félix llora todas las noches en su celda. Llora para dentro porque no quiere que sus compañeros de celda se burlen de él. Buli no puede dormir. No deja de pensar en Félix, quisiera ir a verlo, apoyarlo pero siente demasiada culpa y lo que más quisiera es poder olvidar. Buli es libre pero no encuentra paz.
Tiempo después... Félix es puesto en libertad. Al fin su pesadilla ha acabado. Lleva una mochila. Sonríe después de tiempo, la sensación de libertad es algo que le gusta. No sabe qué va a ser de su vida ahora. Buli lo está esperando. Eso es algo que le sorprende. Se muestra un poco a la defensiva.
--¿qué hacés acá?
El amor que Félix siente por Buli sigue vivo pero su ausencia en su condena, su falta de apoyo ha hecho que se convenza que Buli no quiere nada con él.
--No sé, quería ver qué puedo hacer por ti. Llevarte a mi casa. No sé qué esperas que haga yo pero yo estoy dispuesto a intentarlo, si quieres…
Buli no llega a acabar la frase porque Félix no lo permite. Buli se siente en deuda y está dispuesto a lo que sea para pagarla y eso es justo lo que no quiere Félix. Le enoja mucho pensar que Buli está dispuesto a acostarse con él como pago de lo que hizo. Le duele porque él buscaba amor en Buli y no sexo.
--¡No me acusé de la muerte de mi hermana por un polvo, no entendiste nada¡
Félix se aparta de él. Buli lo sigue.
--¡Es que quedé impactado por tu sacrificio. Me sentí fatal, has estado en la cárcel y yo no hice nada¡
Félix mira a Buli, no puede evitar amarlo pero no quiere que esté con él por compromiso.
--Ya olvídalo, no tenías que venir. Estabas borracho, hubieras arruinado tu vida. No tenía caso.
--¿y tú? Has arruinado tu vida.
--si tú eres feliz pues yo estoy bien –dice Félix con tristeza.
--No puedo ser feliz sabiendo que estabas en la cárcel, que no supe hacer nada por ti.
Félix no quiere hacerle reclamos, piensa que pudo visitarlo pero prefiere dejar las cosas así.
--No podías hacer nada.
Buli siente mucha culpa:
--sé que debería haberte visitado pero sentía mucha vergüenza. No era capaz de mirarte a los ojos.
--ya olvídate.
Félix va caminando con su bolsa. Busca un transporte público.
--He traído auto, yo te llevo.
--No, prefiero ir solo. Puedes olvidarte de mi. No pienso cobrarme lo que pasó, es posible que me vaya de la ciudad. No nos volveremos a ver.
A Buli le duele pensar que Félix dejó de amarlo pero lo entiende. Piensa que podía haber sido feliz a su lado pero que ya es tarde.
--irás a casa de tu tía supongo ¿no?
--No, ellos no quieren saber de mi.
Buli se preocupa por Félix:
--donde vas a vivir?
--tengo trabajo, me está ayudando una asociación que se encarga de reisentar a los presos…
--puedes venir a mi casa. Ahora vivo solo, podemos vivir juntos si prefieres como amigos.
--tú y yo nunca podemos ser amigos.
Se miran fijamente. A Félix le gustaría decirle que lo ama y a Buli le gustaría que se lo dijera pero Félix no le ve caso.
--¿tanto me odias? –Buli triste.
--No te odio, pero no quiero nada contigo.
A Buli le duele, le duele el rechazo de Félix aunque no tiene claro sus sentimientos hacia él y no se atreve a preguntar. Le parece imposible que Félix siga amándolo después de haber estado en la cárcel por él. Siente mucha culpa por no haberlo ayudado pero quiere sentir que hizo algo por él.
--No es para ponerme medallas pero quiero que quede todo claro entre nosotros y bueno que sepas que traté de ayudarte aunque me faltó valor para mirarte a la cara.
--¿me ayudaste?¿cómo? –dice Félix mirándolo incrédulo.
--Yo logré que tu familia no se presentara como acusador privado y el cambio de abogado también fue cosa mía.
--tienes razón, eso es algo que nunca entendí. Justina iba a ensañarse conmigo.
--De Justina no sé como Rafael la frenó pero a Rafael yo le hice chantaje.
Félix ha seguido caminando pero las palabras de ese negro que le ha marcado le sorprenden. Se para y lo mira.
--fuimos amantes por años. Tu padrastro está dispuesto a cualquier cosa para que tu tía no sepa que es gay.
Félix se queda tan en shock que no dice nada. Félix llega a la parada justo cuando está pasando el colectivo.
--Vente conmigo –le suplica Buli.
Félix lo mira con tristeza:
--No quiero tu compasión, olvídate de mi.
Buli lo ve irse solo y siente culpa. Félix desde el autobus lo mira con tristeza. Le gustaría que tras su salida de la cárcel le hubiera esperado un Buli enamorado pero no quiere a ese Buli que quiere estar con él con compasión. Buli no está seguro que sus sentimientos hacía Félix sean de compasión. Nadie le ha demostrado tanto amor como Félix, Buli siente que Félix le podía haber hecho feliz pero está seguro que ahora es demasiado tarde, que ahora Félix ya no quiere saber de él y eso le duele, unas lágrimas asoman por sus mejillas. También para las de Félix que se enfrenta a una nueva vida, a una vida incierta.
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