NEGRAZO

NEGRAZO

viernes, 23 de septiembre de 2011

Capitulo 18



Justina se encarga de llevar a su sobrina a un internado. Félix se queda triste. Aunque su hermana no le hace mucho caso es una compañía. Ahora están solos él, su padrastro y Justina. Ni Félix y ni Rafael sospechan que tienen el mismo problema. Los dos son gays y viven su sexualidad a escondidas en especial por miedo a Justina. Rafael por perder su privilegiada situación económica, Félix por la promesa que le hizo a su mamá.

Rafael llega a la empresa. Ahora que ha disfrutado a León ya el adolescente ha perdido todo su encanto.
--Me tengo que deshacer de él –dice para sí.
Si León fuera mayor no le preocuparía tanto pero es demasiado joven. Además ahora que ya lo ha disfrutado no lo ve tan guapo. Entrega unos supuestos documentos cruciales a su secretaria para que se los dé a León.
--¡Dígale que son muy importantes, que los cuide con su vida¡
Luego queda con unos hombres para que se los roben. Rafael sonríe porque está seguro que podrá librarse de León esa misma mañana.




Por su lado, Félix espera la hora del recreo. Las clases le aburren y Buli le gusta demasiado. Está ansioso por poder ir al bar y encontrarse con el negro de sus sueños. Buli lo tiene totalmente hechizado. Buli y sus amigos están en una mesa del rincón. Félix no puede verlo de cerca pero está fascinado.
--¡Este negrazo –dice para sí—me tiene loco. Me encanta. Es guapísimo¡
Félix no deja de mirar a Buli y suspira. Buli no se da cuenta que está siendo observando, habla tranquilamente. Félix lo ve de lado.
--es tan negro, tan guapo, tan seductor –va pensando.
El color de piel del chico le vuelve loco. Además es muy guapo. Buli tiene muy buenos brazos. Se ve muy musculoso.
--¡Que bueno está¡ --va murmurando Félix.
Félix siente algo muy especial por Buli. Es algo más fuerte que el deseo pero no tiene claro lo que quiere con él porque nunca sintió esto antes por nadie. Félix lo mira y siente que se va a volver loco si no tiene algo con él. Un beso, eso le encantaría. No quiere más pero se conformaría con abrazarlo, con recibir un verdadero beso de amor. Está seguro que Buli es hetero y que no pasará nada con él.
--Sueña, es lo único que te queda. Es del todo imposible que Buli tenga algo contigo –dice para sí.
Buli se levanta y todas las hormonas de Félix se revoluciona.
--¿irá al lavabo? –piensa.
Le excita la idea de estar a su lado, de poder verle la verga. Además a Buli se le ven mucho los calzoncillos y eso le pone cachondo. Los calzoncillos son de color gris verdoso. Tiene los pantalones muy bajados, se le ven muchos los calzoncillos, se le ve todo el culo.
--Siempre que se los he visto lleva estos, ¿es que no se los cambia? –se pregunta.
Se ven viejos, no enganchados al cuerpo. No le queda sexy pero le gustaría mucho verlo desnudo. Sacarse todas las ganas que tiene de él, saber exactamente lo que quiere de él. Félix está muy cachondo porque le está viendo los calzoncillos a Buli. Además el guapo negro lleva una camiseta ceñida, es muy musculoso. Félix siente algo especial con Buli. No quiere sólo acostarse con él pero en el sexo no le diría que no porque le gusta mucho.

--Aunque vaya al lavabo no puedo seguirlo –se va diciendo—es demasiado descarado. No quiero que se enoje conmigo.
Pese a esto si Buli hubiera ido al lavabo Félix lo habría seguido, pero Buli se despide de sus amigos y se va del bar. Félix siente deseos de gritar al mundo lo mucho que le gusta Buli pero es algo que tiene que frustrar y eso lo pone triste. Se conforma con llenar sus cuadernos de corazones con el nombre de Buli en medio.



Mientras, León llega llorando a la oficina porque le han robado esos documentos que eran supuestamente muy importantes. Rafael se hace el desesperado. Habla con el padre de León.
--No puedo hacer otra cosa, tengo que despedirlo. Me ha hecho perder muchos millones.
El padre no sospecha nada, no sabe cómo disculparse, agradece conservar su empleo. León quiere hablar a solas con Rafael pero su padre no se lo permite. Se lo lleva de la empresa. Rafael está contento. Pone un mensaje a Buli: “esta noche nos vemos, quiero estar contigo” Rafael sonríe pícaro porque ha pasado un buen momento con el adolescente y se ha podido deshacer de él sin que nadie sospeche lo que ha pasado y tiene ganas de estar con ese negro que, como a su hijastro, lo tiene loco. Buli está totalmente enamorado de Rafael y está feliz de encontrarse con él. No vive más que para esperar esos encuentros.

Al cabo de un rato, Rafael abandona la empresa para encontrarse con Buli. León no se da por vencido, lo ha estado esperando y se enfrenta a él.
--¡No puede hacerme esto¡ ¡¡me acosté con usted para que no me corriera¡
Rafael se pone nervioso. Están en el parquing de la empresa.
--¡Callate, que te pueden oír¡
León tiene ganas de llorar. Se siente usado como una puta y eso le duele.
--¡No me podés hacer esto¡
--Si te acostaste conmigo es porque quisiste, ahora dejame en paz.
Rafael se va a meter en el auto pero León insiste:
--¡me dio mucho asco, lo hice por conservar mi empleo¡ ¡¡Si no me lo devuelve le diré a todos¡
Rafael se le ríe.
--¡nadie te va a creer y despediré a tu padre¡¡
León se da cuenta que tiene las de perder. Mira a Rafael con mucho odio, tiene ganas de golpearlo pero prefiere irse vencido que nadie descubra lo que pasó.
--No te pongas así, te la pasaste muy bien y te ganaste un dinero.–dice Rafael riendo.
León mira con desprecio a Rafael y le dice:
--Almenos me divertí con la golfa de su hija como usted se divirtió conmigo. Yo lo hice por dinero pero ella por vicio que es peor, ella sí es una puta.
Ahora es Rafael el que quiere golpear a León pero no puede porque el adolescente se va corriendo. Rafael está rabioso. Se calma así mismo.
--Ya tranquilo. Me di el gusto, me comí a ese bombón. Ahora mi negrito me dará lo que me gusta…
Rafael se va muy contento a su cita con ese chico que tanto placer le da. Buli lo espera enamorado.

Poco después están los dos desnudos en la cama de un motel, se dejan llevar por la pasión. Rafael está a cuatro patas y Buli sobre él dándole duro. Buli lo ama pero en el sexo es muy apasionado.
--¡Eres una bestia, me encanta¡¡ me tienes loco¡ --jadea Rafael.
Aunque llevan mucho tiempo juntos, ningún hombre lo ha hecho sentir tan bien en la cama con él, es alguien del que nunca se cansa. Buli no dice nada, se dedica a golpear a Rafael clavándose en él con dureza. Sonríe satisfecho al ver lo mucho que Rafael goza con él. A la vez que él mismo va gimiendo porque también le gusta mucho estar con Rafael.

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