NEGRAZO

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martes, 27 de septiembre de 2011

Capitulo 27



Félix se desespera al ver que su hermana está muerta, que Buli la ha atropellado. Félix, deshecho, se enfrenta a Buli.
--¿¿qué has hecho?¡ ¡has matado a mi hermana¡
Buli se balancea un poco, Félix le huele el aliento.
--¡estás tomado¡ ¿¡cómo has manejado tomado?¡ ¡¡has matado a mi hermana¡
Buli llora. No sabe qué decir. Un lo siento es demasiado poco. Estefanía no se mueve, tiene un charco de sangre bajo la cabeza. Buli se agacha, la niña no tiene pulso.
--¡Está muerta, está muerta¡ --repite Félix como loco.
La calle está desierta. No es una calle muy amplia. No hay testigos, nadie los ayuda. Félix entre lágrimas es el que llama a la policía, es el único número que recuerda.
--¡Mi hermana está muerta, mi hermana está muerta¡
Buli lo mira lloroso. Se lleva las manos en la cabeza. Sabe que ha arruinado su vida, que irá a la cárcel, que le esperan mucho años en la cárcel. Félix se debate entre el amor por ese hombre y el dolor por la pérdida de su hermana. La policía quiere saber lo que ha pasado, Félix no quiere que Buli arruine su vida y sin dudar dice:
--ha sido con la moto, yo la he atropellado.
Félix da la dirección de dónde está. Se le nota nervioso. Buli está desconcertado. Se queda parado.
--¡largate¡ --le dice Félix.
Félix se arrodilla ante su hermana, acaricia la cabeza de esa joven muerta. No puede hacer nada por su hermana, siente que él ya está perdido, almenos que Buli se salve. Buli está borracho, desconcertado. No esperaba esa reacción y cree que es producto de la borrachera.
--¿¿qué?¡
Se oye sirenas de la policía. Félix no quiere que nadie vea a Buli en el lugar de los hechos.
--¡di que me dejaste la moto, jamás digas que tú manejabas¡ ¡Luego recuperas la moto pero es importante que todos crean que yo manejé¡
--pero te van a culpar a ti –Buli desconcertado.
--¡De eso se trata, que tú te salves¡ ¡¡largate¡
Es un gesto de amor por parte de Félix pero no espera una recompensa. Se sentirá satisfecho sabiendo que gracias a su sacrificio Buli puede hacer su vida. Buli está incrédulo. Ve a esa joven que él ha matado, al hermano llorando, ese chico en cuyo amor no ha creído y se ha burlado de él. Ahora Félix está dando su libertad por él. Empieza a llegar gente, las sirenas cada vez se oyen más cerca.
--¡Vete, olvida lo que ha pasado. Yo me ocupo de todo. Ya podrás recuperar tu moto¡ --Félix nervioso.
--No es la moto lo que me preocupa –Buli aturdido y asustado.
Félix es la imagen de la desolación. Siente que no tiene nada en el mundo, almenos en la cárcel no tendrá que soportar a Justina.
--Vete, por favor y almenos no vuelvas a tomar. Me conformo con esto.
Buli está lleno de miedo. Se aleja antes que la gente se acerque y lo culpen a él. Ve a la policía llegar, Estefanía está muerta. Nada se puede hacer por ella. Félix llora, la policía lo esposa y lo mete en la patrulla. Lo tratan como a un delincuente. Buli lo contempla a lo lejos. Se le parte el alma. Le ha conmovido el sacrificio de Félix pero se aleja. No hace nada. Es muy cómoda para él la decisión que ha tomado Félix y prefiere volver a su casa. Confía en que cuando se le pase de la borrachera no recuerde nada de lo que ha pasado.





Félix pasa a disposición judicial. Asustado, entre rejas. Rafael llega como loco. Félix ha testificado ante el juez que él manejaba la moto de un amigo mientras su hermana hacía sus compras para su fiesta de cumpleaños, que no sabe manejar bien y que no vio a su hermana. Félix llora, se declara culpable y arrepentido pero culpable. Rafael no tiene compasión por él.
--¡Justina te va a echar todos tus abogados encima¡ ¡¡no vas a salir de la cárcel en tu vida¡
Félix agacha la cabeza. Acepta el odio del único padre que ha conocido. No dice nada. Rafael golpea los barrotes.
--¿¡cómo se te ha ocurrido manejar sin licencia?¡ ¡¿desde cuándo sabes ir en moto?¡
Félix no dice nada, no sabe qué decir. Tiene claro que no quiere que Buli ocupe su lugar. No deja de llorar.
--¡respondé, maldito¡
El llanto de Félix enciende aún más la ira de Rafael que golpea los barrotes.
--¡agradecé que vas a pasar muchos años en la cárcel porque sino yo mismo te mataría¡ ¡¡olvidá que tenés una familia¡ ¡¡estás muerto para nosotros¡
Rafael descarga todo su dolor de padre en Félix. Lo deja solo en esa fría celda. Félix cae el piso de rodillas. Llora deshecho. Ha echado su vida a perder pero lo ha hecho por Buli y siente que eso merece la pena.

Mientras, en el pueblo de Rafael, Esperanza recibe con impacto la noticia de la muerte de su nieta, el que Félix esté en la cárcel. Es Nicolás quien le ha contado todo.
--¡tengo que ir a la ciudad, tengo que estar con mi nieto¡
Esperanza es la única que se apiada de Félix.
--Me imagino que saldrá bajo fianza, que Justina le pagará un buen abogado –Esperanza.
--¡claro que no, su tía se encargará que no salga de la cárcel¡
La anciana llora.
--¡tenemos que ayudarlo¡
--No es nuestro problema ayudar a ese asesino.
-¡Es mi nieto¡
--no, es un asesino.
Esperanza está dispuesta a ayudar a su nieto del corazón.
--¡Yo voy a pagar la fianza, yo le pagaré un buen abogado¡
--No tenés dinero.
--Venderé la casa, me iré a una residencia pero Félix no estará en la cárcel.
Esperanza mira con tristeza esa vieja casa que ya era de sus padres, de sus abuelos. Ha pasado toda su vida allá, Félix adoraba ese lugar pero ahora nada es más importante que ayudar a Félix.
--No la vas a vender, piensa en tus hijos, tus nietos. Esa biznieta que te voy a dar.
Esperanza sale de la casa muy alterada, quiere que sus vecinos la informen, que la ayuden a vender su casa. Es el único apoyo que tiene pero Félix no podrá recibir la ayuda de su abuela porque ésta sufre un infarto en plena calle. Su muerte es instantánea.





Félix ingresa en prisión a la espera de juicio. Lleva ya dos días privado de libertad. Su familia le ha dado de lado. Félix se ha sacrificado por Buli sin pretender nada a cambio pero en el fondo de su alma le gustaría que el negro fuera a verlo pero Buli siente demasiado miedo, demasiada culpa como para mirarlo a los ojos. Félix tiene una visita. Siente una luz, una pequeña esperanza ya que espera que sea Buli. Le sorprende ver a Nicolás.
--viniste a verme –le dice Félix sorprendido.
Nicolás ha sido muy importante para Félix y le gusta que esté con él, que quiera apoyarlo pero Nicolás sólo viene a descargar más odio sobre Félix, a contarle algo que nadie le ha dicho.
--¡vine a decirte que eres un asesino¡
Nicolás escupe odio en la cara de Félix que lo acepta resignación aunque le duele.
--¡Vine a decirte que no sólo vas a tener que cargar con la muerte de tu hermana, has matado a mi abuela¡ ¡¡ha muerto por tu culpa¡
Los separa unos cristales. Félix se vuelve loco de dolor.
--¡no, no es verdad¡ ¡¡dime que es mentira¡
El guardia lo separa de los cristales. Nicolás es puro odio.
--¡No vas a salir de aquí en tu vida, te la vas a pasar encerrado y con dos muertes en tu conciencia¡
Nicolás se va dejando a Félix retorciéndose del dolor, gritando, aullando mientras el guardia se lo lleva arrastras a su celda.

Félix pasa meses abandonado en prisión a la espera de juicio. En los preliminares, Buli y Rafael se sorprende al encontrarse cara a cara. Rafael lo ignora. Hace que no lo conoce. A Rafael le sorprende que Buli sea el dueño de la moto que ha matado a su hija y a Buli le sorprende descubrir que Félix es el hijastro del hombre al que tanto amó. Félix ha dejado libre de toda culpa a su amado negro. Buli debe declarar para testificar que él dejó la moto a Félix. Pese a su tristeza, a su amargura, a Félix le gusta ver a Buli, verlo en libertad pese a que Buli no se atreve a mirarlo. Buli declara nervioso. Justina da orden a su abogado para que presione a Buli, quiere saber qué tipo de relación tiene con su sobrino. Buli tiene miedo que lo culpen, que si no encuentra una buena justificación ante ese tribunal se den cuenta que miente y sólo se le ocurre decir:
--somos amigos especiales.
--¿qué clase de amigos? ¿usted le deja su moto a cualquiera o hay algo más?¿ocultan algo?
--eso que usted está pensando –Buli nervioso.
El abogado sabe lo que Justina quiere que pregunte y es claro:
--¿son amantes?
--sí –dice Buli muy nervioso pero con la intención que eso lo ayude a quedar libre de culpa.
En el fondo, a Félix le emociona que Buli no lo niegue. Rafael se queda perplejo. Justina se levanta, mira a Félix con odio. Le escupe.
--¡Maricón¡ ¡¡no vas a tener paz nunca¡ ¡¡yo me voy a encargar de destruirte¡ ¡¡no vas a salir nunca de la cárcel¡
Félix llora. Buli abandona el estrado, su mirada y la de Félix coincide por unos segundos. El dolor de Félix se clava en el alma de Buli. Le duele mucho lo que está pasando pero tiene claro que no desea ocupar ese lugar, que no puede decir la verdad. Abandona a Félix a su suerte. Se levanta la sesión, Félix vuelve a su celda más deprimido que nunca.

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