martes, 13 de septiembre de 2011

Capitulo 12








Félix un día más está distraído en sus clases. No presta atención porque sólo está pensando en Buli. Nunca ha sido malo en los estudios pero es que ahora necesita algo más. El placer que sintió cuando estuvo con ese negro, que le parece igual a todos los negros y no cree poder distinguirlo, fue sublime, indescriptible y le gustaría volver a repetirlo pero le gustaría que fuera con Buli. Con él le gustaría algo más. Nunca ha tenido muy claro lo que está buscando, simplemente quería disfrutar pero Buli le ha hecho sentir algo más. Le está despertando unos sentimientos que nunca otro le despertó. No deja de pensar en él, en sus ganas de verlo.
--Menos mal que Ignacio me hará los deberes y los trabajos –piensa.
Y bueno además le sirve de desahogo porque, aunque después de estar con el negro ya no lo disfruta tanto, algo es algo. En cuanto se acaba la clase y pueden ir al recreo, Félix es el primero en salir. Corre hacia el bar. Ya desde fuera resalta la cabeza de Buli. La mayoría de negros le parecen igual (incluido con el que él se acostó) pero no es así en el caso de Buli. Él es inconfundible. Félix entra suspirando.
--¡Es que es el negrazo de mi vida¡ ¡¡me encanta¡ --dice para sí.
Por un lado está contento de no ser ya virgen, de lo bien que se lo pasó con el amigo de Buli pero por el otro lado le hubiera gustado que Buli fuera el primero. Félix está en la barra en el momento que Buli se levanta, pasa justo por detrás de Félix que le cuesta mucho disimular lo mucho que le gusta ese hombre. Félix vibra al sentir a Buli cerca de él. Lleva jeans, un poco caídos. No se le marca culo. Se le ve aplastado pero se le ven mucho los calzoncillos. Eso enciende mucho a Félix. Está caliente. Nota como su verga crece y le aprieta el pantalón. Se pone las manos delante por miedo a que todos se den cuenta. Le encanta Buli. No pierde la esperanza de tener algo con él. Como mínimo le encantaría verle la verga.
--¡Se me tiene que dar, me voy a volver loco si como mínimo no le veo la verga¡ --dice Félix para sí.
A Félix le encanta Buli. Le tiene muchas ganas. Félix no deja de mirar a Buli. Buli también lo mira y Félix agacha la mirada ruborizado.
--¡Es el negro de mis sueños –sigue diciendo para sí—daría lo que fuera, parte de mi vida por chingar con él aunque sea una sola vez¡
Buli le encanta pero ese día tampoco Félix tendrá lo que tanto desea. Buli se va al rato y sin ir al lavabo.
--¡pero ¿que le pasa a este negro?¡ no hay manera que mee¡ --dice Félix con frustración.

Buli está saliendo. Le está poniendo mensajes a Rafael. Necesita verlo. Necesita estar con él. Sabe que a Rafael no le gusta que lo esté llamando pero Buli lo ama. Cada vez le cuesta más tener que conformarse con ratos perdidos. Le desespera ver que Rafael no contesta a sus mensajes. Camina por un parque que hay en esa zona. Entra en los lavabos. Se lava la cara para relajarse y luego sí va al urinario. Hace pis bien tranquilo. Rafael ignora los mensajes de Buli y es que está muy distraído. Uno de sus empleados le está dando las gracias por la oportunidad que le está dando a su hijo al contratarlo.
--No, no se preocupe. Ha sido un gusto.
--Leoncito lo hará muy bien –dice el padre.
Y Rafael tiene clavado los ojos en el culo de Leoncito. Mira al adolescente con cara de pervertido.
--¡Vaya con Leoncito¡ --dice Rafael para sí.
Rafael está encantado de tener a ese adolescente tan guapo cerca de él. Nunca le han gustado tan jóvenes pero es que León le fascina. Tiene algo que lo hace irresistible. Lo tiene justo delante de él, de espaldas. Está tomando unas notas y tiene el culo en pompa. Lleva jeans negros. Se le ve un buen culo y Rafael está muy cachondo. León le pregunta algo a la recepcionista. Y Rafael está deseando que sea el lavabo y así es. León va directo al lavabo y Rafael no se resiste. Le excita verlo en el urinario. Lamenta que esté muy pegado, ya sabe que no le va a ver nada y eso lo apena ya que le gustaría ver como tiene la verga ese adolescente. Rafael se pone en el urinario de al lado.
--¿¿qué?¿cómo va tu primer día?
León nunca pensó hacer pis al lado del gran jefe. Se muestra nervioso. Le sonríe y eso calienta mucho a Rafael.
--bien, muchas gracias por la oportunidad. No lo defraudaré.
--Estoy seguro –dice Rafael con ojos libidinosos.
El adolescente tiene su verga bien agarrada con sus dos manos y no se le puede ver nada. A Rafael le enciende escuchar a ese adolescente haciendo pis. Imaginando que verga debe tener. León se aparta enseguida. No acaba y es que se siente incómodo. Le da la impresión que el presidente de la empresa se la quiere ver pero eso le parece demasiado.
--No puede ser –se dice León para sí.
Se aparta, se lava las manos. Rafael se acerca a él. Le excita estar a su lado. León fuerza una sonrisa. Se aparta de él.
--hasta luego…
--si hasta luego --Rafael.
Y Rafael no hace más que mirarle el culo el chico. Se lava la cara sofocado. Nota su verga dura.
--que tontería, nunca me había puesto cachondo por tan poco.
Pero así es León le ha puesto loco.
--Ese adolescentillo me la ha puesto bien dura. Y dependerá de mi, tanto él como su padre.
Rafael sonríe con cara de depravado.

Félix llega a la escuela. Está frustrado y caliente. Mira de reojo a Ignacio y éste le sonríe. Félix le mira con mala cara pero necesita lo que él le da. Le pone un mensaje en el celular: “No me mirés o te parto la cara. En la última hora tenemos libre, me dijiste que tus padres no llegaban hasta más tarde. ¿vamos después a tu casa?”
Félix espera ansioso la respuesta. No quiere que nadie se dé cuenta de lo que hace con Ignacio ya el chico no le gusta y le da miedo que se sepa que es gay. Ignacio le contesta enseguida: “si claro vamos juntos”. Ignacio está mirando a Félix. Félix es brusco con él. Le responde con odio mientras planea un encuentro sexual con él: “ Ni me dirijas la palabra, voy yo solo como siempre”.

Tal y como han quedado, Ignacio y Félix van los dos al mismo sitio pero por caminos distintos. Félix mira por todos los lados para asegurarse que nadie lo ve. Ignacio está contento de tener a Félix con él. Siente que no es como los otros que sólo se aprovechan de él, Ignacio siente que con Félix puede tener algo más.
--¿quieres tomar algo?
--¡No, tengo prisa¡ ¡vamos ya a la cama¡ --dice brusco mientras se desnuda.
Ignacio se desnuda también. Le gusta mucho ver desnudo a Félix.
--¡qué ansioso¡ --dice Ignacio contento.
El miedo a ser descubierto hace que Félix sea agresivo. Le agarra del cuello a Ignacio y dice:
--¡me das asco, no hago esto por gusto¡ ¡apúrate¡
Acaban los dos en la cama, desnudos. El uno le come la verga al otro. Ignacio se traga la leche de Félix porque le encanta. No así Félix. Félix está muy cachondo y la chupa ansioso. Le cuesta mucho disimular que le encanta lo que hace. Después mientras Ignacio aún disfruta de lo que han hecho, Félix se viste a toda prisa. Agarra el trabajo y se va.

Rafael y Félix se encuentran en la puerta de la oscura mansión. Los dos con una sonrisa. Han tenido una buena mañana. Justina los recibe con su amargura habitual.
--¿¡y ustedes porque tan contentos?¡
Los dos agachan la cabeza con culpa.



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